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Artritis reumatoide

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Tiempo de lectura: minutos

La artritis reumatoide es una condición que afecta las articulaciones y membranas que las rodean. Estas se inflaman causando rigidez, dolor e hinchazón. 

La artritis reumatoide afecta a una de cada 100 personas, y es más común en países desarrollados. Dicha enfermedad es más probable que se desarrolle durante los 30 y 50 años de edad, aunque también afecta a personas más jóvenes y mayores. La artritis reumatoide es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Qué es de la artritis reumatoide

La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria. Se desarrolla cuando el sistema inmunitario del cuerpo comienza a atacar las articulaciones y los tejidos que las rodean. 

La inflamación puede afectar los sacos de fluidos (bursas) que ayudan a la movilidad entre los músculos y los tendones. También puede afectar los tejidos de las articulaciones (membrana sinovial) y las cavidades en las que se mueven los tendones.

Cuando las articulaciones y los tejidos que las rodean se inflaman, el área se enrojece, se hincha, y se vuelve caliente y dolorosa al tacto.

Durante este período la cápsula que rodea la articulación se hincha. Cuando el tejido hinchado se desinflama, la cavidad de la articulación queda agrandada. Además de las articulaciones, la inflamación puede también afectar otras partes del cuerpo.

¿A qué partes del cuerpo afecta la artritis reumatoide?

La artritis reumatoide es normalmente una artritis simétrica, lo que significa que que afecta las articulaciones de ambos lados del cuerpo al mismo tiempo.

Aunque puede presentarse de manera diferente en cada persona, en su mayoría, suele afectar las articulaciones de las manos y los pies. La artritis reumatoide también afecta las articulaciones de los hombros y rodillas, y en menor porcentaje las de las caderas, los codos y otras articulaciones. La mayoría de las personas tienen artritis en más de una articulación.

Para muchos, la condición empieza a desarrollarse de manera lenta y solo aparecen síntomas generales como cansancio, dolor leve de articulaciones, y sensación de debilidad. En cambio, para otras personas, aparece de manera rápida y dolorosa, haciéndoles difícil la realización de rutinas diarias.

Síntomas de la artritis reumatoide

Entre los síntomas en común de la artritis reumatoide se incluyen:

  • Dolor e hinchazón alrededor de las articulaciones.
  • Rigidez en el cuerpo por las mañanas, o al sentarse por mucho tiempo.
  • Cansancio, lo que conlleva a un estado de irritación y depresión.
  • Síntomas de gripe como fiebre.
  • Entre los síntomas menos comunes se pueden encontrar pérdida de peso y nódulos reumatoides. Estos son bultos carnosos que suelen aparecer en manos, pies y codos. 
  • En raras ocasiones, puede desarrollarse inflamación en otras partes del cuerpo como el corazón o los pulmones.

La inflamación en la artritis reumatoide aparece por períodos. Hay momentos donde la enfermedad está más activa y los síntomas empeoran, pudiendo durar varios días o meses. Entre medio de estos picos, hay periodos donde la inflamación baja y los síntomas son menores. Estos periodos pueden durar entre meses y años.

Causas de la artritis reumatoide

Se desconoce la causa exacta de la artritis reumatoide. Si hay historial de artritis reumatoide en la familia, es mayor la probabilidad padecerla.

Sin embargo, algunos factores en el estilo de vida pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Es más probable que aparezca si la persona fuma, come mucha carne roja, o bebe mucho café.

Algunos doctores creen que la artritis reumatoide se activa por el estrés, una infección, un virus, o cambios hormonales, pero aún no hay evidencia que lo confirme.

Diagnóstico de la artritis reumatoide

Si cree que puede tener artritis reumatoide, aun si sus síntomas son leves, debe consultar a un médico. Es importante que la enfermedad sea diagnosticada lo antes posible, ya que cuanto antes comience el tratamiento más probabilidad de eficacia tendrá.

El doctor le preguntará acerca de sus síntomas y lo examinará. También le preguntará acerca de su historial médico familiar. La artritis reumatoide puede ser difícil de diagnosticar y si su doctor piensa que puede tener dicha enfermedad, lo derivará a un reumatólogo, un doctor que se especializa en tratar la artritis reumatoide.

Es posible que le realicen un examen de sangre, el cual se utiliza para determinar si tiene anemia o si hay una inflamación presente en el cuerpo. La prueba de sangre también puede identificar si tiene algún factor reumático y anticuerpos anti-CCP. Estos son anticuerpos producidos por una reacción en su sistema inmunitario. Alrededor de 8 de cada 10 personas con artritis reumatoide tiene alguno de estos anticuerpos.

Necesitará también una radiografía, sonografía o resonancia magnética, para revisar cambios en sus articulaciones.

Por favor tenga en cuenta que la variación y disponibilidad de estudios varía de acuerdo a su país de origen.

Tratamiento de la artritis reumatoide

No hay cura para la artritis reumatoide. Sin embargo, existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas. El tratamiento también puede ralentizar el desarrollo de la condición y minimizar el daño a las articulaciones. Cuanto antes se empiece el tratamiento, más efectivo será.

Auto ayuda

Hay muchas cosas que se pueden hacer para aliviar los dolores de la artritis reumatoide y la rigidez en las articulaciones, y para facilitar las actividades del día a días. Medidas de auto ayuda pueden reducir el estrés en las articulaciones y la severidad de la enfermedad. 

Consejos para enfrentar la artritis reumatoide:

  • Mantener un peso saludable en relación a la altura. Esto puede significar que se deba bajar de peso si se encuentra por encima del aconsejado. El peso extra pone más estrés en las articulaciones y empeora la condición.
  • Encontrar un balance entre el ejercicio físico y el descanso. Descansar ayudará a sentir las articulaciones más relajadas, pero el ejercicio físico las mantiene en movimiento y en buen funcionamiento.
  • La natación y el aquagym son excelentes ya que proveen soporte a las articulaciones. Si siente dolor al ejercitarse o sus articulaciones se calientan o enrojecen, suspenda la actividad.
  • Crear una rutina adecuada. Por ejemplo: dispersar quehaceres durante el día en vez de realizarlos todos juntos.
  • Comer saludable y balanceado. Hay evidencia que los aceites con Omega-3 (por ejemplo el aceite de pescado) ayudan a aliviar el dolor y la rigidez, aunque los resultados se reflejan tras algunos meses de consumo.
  • Manejar los periodos activos de la enfermedad. Cuanto más tiempo se tenga la enfermedad más fácil sera reconocer la llegada de estos periodos. Esto significa que se puede tomar acción rápidamente. 
  • Evaluar la posibilidad de hacer cambios al automóvil, la casa y el espacio de trabajo para aliviar las articulaciones. Un terapeuta ocupacional puede ser de gran ayuda para esto.
  • Utilizar muletas o soportes para las articulaciones y así mantenerlas estables y protegidas. Consultar a un fisioterapeuta para utilizar los aparatos adecuados.
  • Manejar el cansancio. La artritis reumática provoca cansancio y debilidad dificultando las actividades diarias. Tener una cama confortable y una buena rutina de descanso es esencial, incluso si es necesario, descansar durante el día también.
  • Utilizar férulas o tablillas como soporte para las articulaciones durante el trabajo o descanso. Estas pueden ayudar a aliviar el dolor. Consultar al médico o fisioterapeuta acerca de ellas.

Medicinas para la artritis reumatoide

 

¿Cómo detener la artritis reumatoide?

Hay varias medicinas que pueden ayudar a reducir los síntomas de la artritis reumatoide y algunas evitar que la condición empeore. Los analgésicos como el paracetamol (Acetominofen) y la codeína, pueden aliviar el dolor. Sin embargo, se debe leer siempre el prospecto que viene junto a la medicina y consultar a un farmacéutico ante dudas o consejos.

Anti inflamatorios no esteroideos 

Los anti inflamatorios no esteroideos pueden ayudar a controlar el dolor y la rigidez derivadas de la artritis reumatoide. Son eficaces al reducir la inflamación en las articulaciones. Sin embargo, no evitan que la enfermedad avance o deje de afectar las articulaciones. 

Hay muchos medicamentos de este tipo, entre ellos el ibuprofeno, el naproxeno y el diclofenac. Estos medicamentos son recetados usualmente, en la menor dosis posible durante cortos periodos de tiempo. Esto se debe a que utilizarlos durante periodos largos está asociado a problemas de salud en el corazón, en los riñones y el estómago. Al tomar anti inflamatorios no esteroideos con regularidad el médico sugerirá acompañarlos con un protector gástrico. Esta medicina protege el estómago y reduce el riesgo de efectos secundarios.

Drogas de Enfermedad-Modificación de AntiRheumatic (DMARDs)

Existen otras medicinas que pueden utilizarse para ralentizar el desarrollo de la artritis reumatoide y reducir sus síntomas.

Los medicamentos anti reumáticos, funcionan al tratar la causa de la inflamación en la articulación. La mayoría de estas drogas trabajan en el sistema inmunitario reduciendo el ataque a las articulaciones. Utilizar estos medicamentos temprano en la enfermedad ayuda a evitar daños a las articulaciones a largo plazo, por lo que es de suma importancia comenzar con dicho tratamiento en cuanto se es diagnosticado. Pueden pasar varias semanas hasta que tengan efecto, por lo que se deben de seguir tomando aún si no se ven resultados de inmediato. En ocasiones se deben combinar más de uno de estos medicamentos.

Entre las drogas anti reumáticos se incluyen metotrexato, sulfasalazina, leflunomida, sulfato de hidroxicloroquina, azatioprina y ciclosporina. Al tomar estos medicamentos, debe realizarse estudios de sangre y orina con regularidad, para verificar que la medula ósea, el hígado y los riñones estén funcionando bien y para revisar cualquier efecto secundario. Cuando la enfermedad se encuentra bien controlada, el médico posiblemente reducirá la dosis del tratamiento para que se ingiera la menor dosis posible.

Medicinas biológicas

Si los medicamentos anti reumáticos no funcionan adecuadamente, o se registran efectos secundarios en el paciente, el doctor puede sugerir la toma de medicamentos biológicos. Estos funcionan al identificar ciertos químicos que causan la inflamación. Si bien se pueden tomar solo medicamentos biológicos, por lo general se recetan junto a drogas anti reumáticas. Estas drogas se suelen administrar a través de inyecciones, e incluyen infliximab, etanercept, adalimumab, certolizumab, rituximab, golimumab y tocilizumab.

Corticoesteroides

El doctor puede sugerir, especialmente en periodos activos, la toma de corticoesteroides. Estos funcionan al reducir la inflamación. Pueden tomarse a través de pastillas o inyecciones directo a la articulación dolorida. Ayudan a reducir la inflamación y el dolor mientras se espera que otros tratamientos empiecen a hacer efecto. Los corticoesteroides suelen tener efectos secundarios si se utilizan a largo plazo, por lo que el doctor recetará la menor dosis posible y hará un monitoreo periódico. No se deben interrumpir los corticoesteroides de repente.

Cirugía para artritis reumatoide

La cirugía puede ser una opción como parte del tratamiento de la artritis reumatoide, especialmente si otros tratamientos no han dado resultado. Las operaciones varían desde procedimientos menores para remover tejido inflamado hasta cirugías mayores para reemplazar una articulación. Consultar a un doctor para mayor información.

Fisioterapia para artritis reumatoide

Un fisioterapeuta puede realizar y aconsejar ejercicios para ayudar a la flexibilidad y aumentar la masa muscular. Ayudará a aumentar el nivel aptitud física en general. Un podólogo, especialista en las condiciones que afectan los pies, puede ayudar con cualquier problema relacionado con ellos. Esto incluye recomendaciones acerca de qué calzados se debería utilizar.

Terapias complementarias

Muchas personas con artritis reumatoide utilizan medicinas complementarias para aliviar los síntomas. Las terapias complementarias como la acupuntura, la aromaterapia y los masajes pueden reducir el dolor y la rigidez, y brindar una sensación de relajación. Sin embargo no tienen ningún efecto en cómo se desarrollará la enfermedad. Se sugiere hablar con un médico antes de probar cualquier terapia ya que puede afectar a otro tipo de medicinas. La disponibilidad y el tipo de terapia complementaria puede variar dependiendo de cada país, se sugiere consultar a un doctor para opciones de tratamientos.

Viviendo con artritis reumatoide

Si tienes artritis reumatoide, vivir con dicha enfermedad por momentos resulta estresante y frustrante. Puede ser una condición impredecible ya que aparece y desaparece, y no siempre podrás planificarte de antemano.  

Vivir con dolor, incomodidad y discapacidad puede afectarte emocional y físicamente a la vez, pudiendo llevarte a momentos de depresión. Consulta a tu médico acerca de cómo te sientes, y el impacto que la enfermedad tiene en tu vida. 

Puede serte de gran ayuda contactar grupos de soporte emocional y organizaciones que te informen. Además, te pondrán en contacto con otras personas que padecen la enfermedad. Esto puede ayudarte a desarrollar habilidades para afrontar la condición y manejar los síntomas. Consulta a tu médico para mayor información. 

Un terapeuta ocupacional también puede ayudarte a adaptar tu hogar y espacio de trabajo para que estos alivien los síntomas y el estrés en tus articulaciones.

Preguntas y respuestas

Respuesta

Sí, un terapeuta ocupacional puede ser muy útil, especialmente si usted tiene problemas con las actividades cotidianas.

Explicación

Los terapeutas ocupacionales son profesionales de la salud que puede ofrecer asistencia práctica para ayudarle a manejar sus tareas diarias y aumentar su independencia. Según la Ley de SNS y Asistencia Social de 1990, usted tiene derecho a una evaluación de necesidades de servicios sociales.
 
Un terapeuta ocupacional evaluará su enfermedad antes de analizar sus necesidades en su hogar o de transporte, aficiones y trabajo. Luego le ofrecerá consejos prácticos para:
 

  • adoptar una nueva postura durante la realización de actividades como cocinar
  • descansar lo suficiente
  • proteger sus articulaciones
  • utilizar dispositivos y adaptaciones en el trabajo y el hogar (incluyendo las adaptaciones para los automóviles): los Centros locales de vida para discapacitados ofrecen la oportunidad de probar dispositivos y también se puede obtener asesoramiento en los Centros de Movilidad
  • férulas para aliviar la tensión y el dolor en las articulaciones de la mano y muñeca mientras lleva a cabo las actividades y para mantener sus articulaciones estables cuando descansa

Respuesta

Es difícil de decir, ya que la AR afecta a todos de manera diferente.

Explicación

Una vez que avanza, la AR puede extenderse a otras articulaciones. Sin embargo, existen muchos tratamientos eficaces que pueden reducir su efecto.
 
En muy raras ocasiones, la inflamación puede afectar sus ojos, secándolos e irritándolos, y sus glándulas lacrimales, glándulas salivales, vasos sanguíneos, pulmones e incluso el corazón.
 
La mayoría de las personas con AR tienen otros problemas generales, tales como rigidez, cansancio y malestar. Sin embargo, los medicamentos le ayudarán a controlar la AR. Su fisioterapeuta y terapeuta ocupacional también pueden darle consejos sobre cómo hacer cambios en su estilo de vida para aliviar los síntomas.

Respuesta

No, siempre que lo haga con cuidado. Está comprobado que el ejercicio es beneficioso si tiene artritis reumatoide. La clave está en encontrar un equilibrio entre el ejercicio y el descanso.

Explicación

Las articulaciones inflamadas se benefician del reposo, pero si no las mantiene en movimiento, se pondrán rígidas y sus músculos se debilitarán.

Obtenga asesoramiento diseñado específicamente para usted: un fisioterapeuta puede ayudarle con esto. No obstante, no realice deportes de contacto y vigorosos, como fútbol y squash. La natación es, sin duda, la mejor forma de ejercicio ya que el agua soporta su peso.

Un programa de ejercicios debería incluir lo siguiente.

 
  • Ejercicios de fortalecimiento para trabajar los músculos que rodean las articulaciones afectadas y mejorar la estabilidad y la movilidad, reduciendo el dolor y la discapacidad.
  • Ejercicios de amplitud de movimiento para mantenerse flexible y en movimiento: hacerlos en la mañana puede ayudar a aliviar la rigidez y antes de irse a la cama puede ayudar a prevenirla.
  • Ejercicio aeróbico que aumente su ritmo cardíaco y le deje levemente sin aliento: esto ayuda a reducir el dolor y mejorar su salud. Caminar, hacer yoga y montar en bicicleta o realizar las actividades cotidianas como las tareas domésticas o la jardinería pueden ayudar.

Estos son algunos consejos que podrían ayudarle cuando hace ejercicio.

 
  • Integrar el ejercicio a su rutina diaria e ir aumentando lentamente.
  • Tomar un baño o una ducha caliente, o colocar una botella de agua caliente sobre las articulaciones afectadas antes de hacer ejercicio.
  • Nunca forzar una articulación dolorosa. Es normal sentir algo de dolor a medida que aumenta su programa de ejercicios. Sin embargo, si el dolor dura más de dos horas luego de hacer ejercicios, consulte a su médico de cabecera.
  • Utilice siempre zapatos acolchados y que sujeten bien el pie.
 

Esta información fue publicada por el equipo de Bupa de información sobre la salud, y está basada en fuentes acreditadas de evidencia médica. Ha sido sometida a revisión por pares, por parte de médicos de Bupa. Este contenido se presenta únicamente con fines de información general, y no reemplaza la necesidad de consulta personal con un profesional de la salud calificado.

Información adicional

Arthritis Care
0808 800 4050
www.arthritiscare.org.uk
 
Arthritis Research Campaign (Campaña para la Investigación de la Artritis)
0870 850 5000
 

Fuentes

Esta información fue publicada por el equipo de Bupa de información sobre la salud, y está basada en fuentes acreditadas de evidencia médica. Ha sido sometida a revisión por médicos de Bupa. Este contenido se presenta únicamente con fines de información general y no remplaza la necesidad de consulta personal con un profesional de la salud calificado.
 

Fecha de publicación: 2020