Algunos países ya han gravado ciertos alimentos y bebidas para tratar de combatir el creciente nivel de obesidad. El año pasado, Francia comenzó a gravar las bebidas azucaradas, Dinamarca creó un “impuesto a las grasas” y Hungría un “impuesto a la comida basura”.

Sin embargo, ¿influye realmente esta medida en lo que las personas deciden comer, y podría una iniciativa de “impuesto a las grasas” reducir en efecto el nivel de obesidad?

El Dr. Ahmed R. Ahmed, consultor de gastroenterología y cirujano bariátrico de Bupa Cromwell Hospital, comentó: «En la actualidad, no existen muchos estudios de buena calidad que demuestren que gravar la comida basura tiene resultados positivos para la salud. Las primeras investigaciones de EE. UU. e Irlanda han revelado que el aumento de los precios ha reducido la venta de bebidas azucaradas, pero aún debe evaluarse si esta medida ha tenido algún efecto en la salud.

Los científicos de la Universidad de Oxford sugieren que dicho impuesto tendría que ser de, por lo menos, un 20 por ciento para que tuviera un efecto significativo en la salud de las personas. Este es un porcentaje considerable. ¿Podría el hecho de añadir este impuesto a ciertas comidas realmente lograr que las personas empezaran a comprar opciones más saludables? ¿O constituiría esto, simplemente, una presión financiera aún mayor para quienes, por lo regular, solo pueden adquirir alimentos más baratos?

¿Y dónde fijamos los límites? ¿Qué cantidad de azúcar o grasa tendría que contener un alimento o una bebida para que se le considerara perjudicial a la salud? El queso, por ejemplo, a menudo tiene un alto contenido de grasas saturadas, pero también es una importante fuente de proteínas, calcio y vitaminas. Agregar un “impuesto a las grasas” a ciertos alimentos podría implicar perder otros nutrientes esenciales.

Parece ser que el “impuesto a las grasas” ha surgido a continuación del impuesto a los cigarrillos y el alcohol: los precios de estos artículos aumentan constantemente, a fin de disminuir la cantidad de personas que fuman y beben. No obstante, la comida es esencial para la vida diaria y no es un asunto que tenga respuestas extremas en lo referente a nuestra salud. ¿Esta idea de gravar la comida es demasiado drástica, o podría ser la clave para encontrar una solución al problema de la obesidad?

En lugar de gravar los alimentos, quizás fuera mejor lograr que las personas fueran más conscientes con respecto a lo que comen y a lo que debieran disfrutar como parte de una dieta saludable. Hay iniciativas que pudieran ser una mejor opción; por ejemplo, exigir que las etiquetas de los alimentos sean más claras a fin de que sean más fáciles de leer y entender.

Bajar de peso no debiera ser un asunto de medidas drásticas o dietas relámpago. Incluso cambios pequeños en la dieta pueden dar lugar a cambios positivos en la salud. Llevar una dieta sana y balanceada, rica en frutas y verduras, disminuye las probabilidades de adquirir sobrepeso y, por consiguiente, reduce el riesgo de desarrollar más adelante problemas de salud tales como diabetes, enfermedades cardíacas o cáncer. En esencia, se trata simplemente de establecer un equilibrio entre comer los alimentos adecuados y hacer suficiente ejercicio: aumentar lo bueno, reducir lo malo y realizar actividades físicas para cuidar la salud».

Datos importantes: bajar de peso sin correr riesgos

La mejor forma de perder peso es hacer pequeños cambios en la dieta y en la cantidad de ejercicio que usted hace. Para bajar de peso sin correr riesgos:

  • Muévase: trate de realizar actividades físicas durante 150 minutos a la semana, en tandas de 10 minutos o más.
  • Siga una dieta sana y balanceada, y procure asar, hervir, o bien cocer a la parrilla o al vapor los alimentos, en lugar de freírlos.
  • Mejore sus hábitos alimentarios: ingiera tres comidas al día e intercale meriendas saludables.
  • Propóngase metas realistas: incluso los cambios pequeños y graduales pueden hacer una gran diferencia.
  • No siga dietas relámpago: la pérdida de peso lenta y constante tiene más probabilidades de perdurar.
  • Recompénsese: regálese una salida al cine, una nueva blusa o un tratamiento de belleza cada vez que logre sus metas.

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