Tensión alta por estrés: ¿cómo afecta tu salud y cómo controlarla?

¿Qué es la tensión alta relacionada con el estrés?

La hipertensión es un problema de salud serio, que tiene múltiples causas, dentro de las que se encuentran las que están relacionadas al estilo de vida. El estrés, según un artículo publicado en la National Library of Medicine, es una de ellas, y puede desencadenarse por factores vinculados al trabajo, el entorno social y las preocupaciones económicas o familiares.

Los expertos señalan que cuando una persona experimenta estrés, su cuerpo libera hormonas como la adrenalina y el cortisol, que preparan al organismo para una respuesta de "lucha o huida". Esta respuesta incluye un aumento temporal de la presión arterial debido a la aceleración del ritmo cardíaco y la constricción de los vasos sanguíneos.

Esto no quiere decir que el estrés cause de forma directa la hipertensión, sino que es uno de los factores que puede influir en su desarrollo. Mayo Clinic lo explica de forma muy detallada, y resalta que una mala gestión del estrés no solo puede contribuir a aumentar la presión arterial, sino que también se puede asociar a problemas de salud más graves, ya que aumenta el riesgo de padecer de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Nuestro artículo sobre cómo calmar la ansiedad puede ser útil para quienes gestionar mejor el estrés, ya que en él compartimos técnicas de relajación y estrategias para tener una vida más saludable. 
 

¿Cómo el estrés afecta la presión arterial?

Como ya mencionamos en el apartado anterior, la respuesta del cuerpo al estrés provoca la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que aumenta la frecuencia cardíaca y la contracción de los vasos sanguíneos. Todo esto hace que la presión arterial suba de manera momentánea, y que regrese a niveles normales cuando el estrés desaparece.

Sin embargo, si estas subidas breves y repentinas de la tensión arterial se presentan de manera regular, pueden dañar los vasos sanguíneos y órganos como el corazón y los riñones. Es decir, los casos de estrés crónico, en los que esta respuesta del cuerpo se prolonga en el tiempo, el daño puede ser mayor, algunos expertos incluso comparan sus efectos con los de tener presión arterial alta de forma prolongada.

Además, el estrés crónico puede influir en otros factores que agravan la hipertensión. Muchas personas, al enfrentar estrés prolongado, adoptan hábitos poco saludables como una alimentación alta en sodio, el sedentarismo o el consumo de alcohol y tabaco. Según Cleveland Clinic, estas conductas no solo elevan la presión arterial, sino que también aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo. 

Síntomas de la tensión alta provocada por el estrés

Los síntomas de la tensión alta provocada por el estrés pueden ser difíciles de identificar, ya que muchas personas pueden experimentar un aumento en la presión arterial sin notar señales evidentes. Sin embargo, cuando la presión arterial se eleva debido al estrés, el cuerpo puede manifestar diferentes síntomas que afectan tanto el bienestar físico como el mental.

Uno de los signos más comunes es la sensación de palpitaciones o latidos cardíacos acelerados. Esto ocurre porque el estrés activa el sistema nervioso simpático, lo que hace que el corazón bombee sangre con más fuerza y rapidez.

Otro síntoma frecuente es la fatiga mental y la sensación de agotamiento general. El estrés crónico y la tensión arterial elevada pueden afectar la capacidad de concentración y la memoria, lo que dificulta la realización de tareas cotidianas. Las personas que experimentan este tipo de fatiga pueden sentirse mentalmente abrumadas, irritables y con poca tolerancia a situaciones estresantes.

GoodRx explica que también es posible que la persona con tensión alta inducida por estrés experimente dolores de cabeza, sangrado o hemorragia nasal, enrojecimiento facial y mareos. Asimismo, resalta que es posible tener padecer de este problema y que no se presente ningún síntoma, por lo que recomienda controlar la presión arterial si se sufre de estrés de manera constante. 

Factores de riesgo y causas asociadas

El estrés y la hipertensión tienen factores de riesgo muy variados, y es importante conocerlos para tomar medidas y evitar complicaciones en el largo plazo. Algunos de ellos, según el artículo de GoodRx que citamos antes, son los métodos de afrontamiento que suelen asumir las personas al momento de lidiar con las situaciones estresantes, en especial, los que tienen que ver con el consumo excesivo de alcohol, el consumo de tabaco y la ingesta de alimentos por estrés.

A esto tenemos que sumar otros factores relacionados con el estilo de vida, y es que el tipo de relación que se tiene con el trabajo también puede ser perjudicial. El síndrome de burnout, que está asociado al estrés crónico por el exceso de carga laboral, mantiene el cuerpo en un estado constante de tensión y puede contribuir al desarrollo de hipertensión.

De igual manera, se destaca el efecto negativo del sedentarismo, que afecta el sistema cardiovascular y puede hacer que la presión arterial sea más difícil de regular. Precisamente por ello es que los especialistas recomiendan la actividad física tanto para la gestión del estrés como para la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Por último, tenemos que hablar de algunas enfermedades que también aumentan el riesgo de padecer hipertensión, como la obesidad y la diabetes.

Nuestro artículo sobre cómo mejorar la circulación puede complementar esta lectura, ya que explica qué hacer para tener un sistema cardiovascular saludable y prevenir complicaciones vinculadas a la hipertensión. 

Métodos para controlar la tensión alta por estrés

Existe un número muy amplio de métodos para controlar los efectos del estrés sobre la presión arterial. Lo ideal, según los especialistas, es adoptar estrategias de afrontamiento saludables, dentro de los que se encuentran:

• Los ejercicios de relajación y mindfulness: la meditación, la práctica de yoga y el Tai Chi, pueden ayudar a gestionar el estrés y evitar sus efectos negativos sobre la mente y el cuerpo.
• Las técnicas de respiración: la práctica de algunas técnicas de respiración consciente, como la respiración 4-7-8, pueden ayudar a promover la sensación de calma y controlar el estrés.
• El ejercicio físico: está demostrado que el ejercicio de bajo impacto, como nadar, correr o andar en bicicleta, no solo reduce los niveles de estrés, sino que mejora la circulación y fortalece el sistema cardiovascular.
• La higiene del sueño: tener una rutina de sueño adecuada, evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y crear un ambiente propicio para el descanso puede ser de mucha ayuda. La falta de sueño puede aumentar la producción de hormonas del estrés y dificultar la capacidad del organismo para relajarse y recuperarse.
• La alimentación: para tener un sistema cardiovascular saludable y prevenir los problemas de hipertensión, también es necesario tener una dieta baja en sodio y evitar todos los alimentos que afectan la salud del corazón.

Todas estas estrategias son muy útiles para combatir el estrés y tener un estilo de vida saludable. Sin embargo, en algunos casos, no son suficiente y es necesario contar con la ayuda de un profesional. 
 

¿Cuándo buscar ayuda médica?

Verywell Health señala que cuando la tensión alta inducida por el estrés interfiere en la cotidianidad y causa malestar, es necesario buscar la atención de un profesional. Un médico no solo puede brindar recomendaciones o tips para reducir el estrés, sino que puede evaluar el impacto qué han tenido el estrés y las subidas de tensión en la salud de la persona.

Esto es especialmente importante si la tensión alta se mantiene de forma persistente o si se presentan síntomas preocupantes como los que mencionamos en apartados anteriores. 

Prevención de la tensión alta asociada al estrés

Prevenir los efectos negativos del estrés sobre la tensión arterial y el sistema cardiovascular es más sencillo que revertirlos. Precisamente por ello, los expertos recomiendan tomar medidas para gestionar el estrés y evitar que las situaciones estresantes se conviertan en un problema para la salud en el largo plazo.

Parte de las medidas preventivas que puede adoptar una persona ya las mencionamos antes: tener métodos de afrontamiento saludables, alimentarse bien, evitar hábitos negativos como el consumo de alcohol y tabaco, y ejercitarse para fortalecer el sistema cardiovascular.

No se trata de nada complicado ni difícil de lograr, son algunos cambios en el estilo de vida que se pueden lograr si se tiene la determinación para ello. Además, estos cambios no solo permiten reducir los efectos del estrés sobre el cuerpo y la mente, sino que aumentan la calidad de vida de las personas y previenen muchas otras enfermedades.

Claro que a esto se le deben sumar también las visitas al médico, y es que hacerse chequeos de manera regular es clave para detectar cualquier problema a tiempo y tomar medidas para corregirlo.

Para finalizar, recomendamos la lectura de un artículo en el que explicamos cómo prevenir un infarto. En él también incluimos algunas recomendaciones para tener un sistema cardiovascular sano y evitar complicaciones de salud.