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Qué puedo hacer para sentirme mejor

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Mujer triste al lado de su cama

10 Minutos de lectura

¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? Esta es una pregunta que las personas nos hacemos con frecuencia. Es normal hacerse esta pregunta en un mal día y la solución puede ser una llamada a tu mejor amigo o un baño caliente. El problema es cuando nos hacemos esta pregunta todos los días y nunca encontramos alivio.

Sentirse mal no es estar triste y puede ser el principio de una depresión

Sentirse mal con frecuencia o sentirse mal todos los días no es lo mismo que estar triste. Por ejemplo, a veces estamos tristes porque estamos pasando por una ruptura, no nos sentimos valorados en nuestro trabajo, hemos tenido una pelea o no nos sentimos atractivos porque hemos engordado algunos kilos.

Es una tristeza que generalmente no dura más de semanas o un par de meses. Además, esta tristeza no es incapacitante y somos capaces de superarla y olvidarnos del dolor por unos momentos. Cuando nos queremos dar cuenta, la tristeza ya se ha ido.

En cambio, sentirte mal de forma permanente es mucho más cansado. A menudo no encuentras la razón y lo peor de todo es que hagas lo que hagas no te encuentras mejor. Por ejemplo, aunque llames a un amigo o quedes con tu grupo de amigas para animarte, sigues pensando en algo malo que te ocurrió o en aquello que tendrías que haber dicho… o simplemente no encuentras energías para fingir que todo está bien.

Si ese es tu caso, debes detectar el verdadero problema y ponerle solución cuanto antes o podría ser el inicio de una depresión. Las depresiones pueden servir para cambiar de forma radical nuestra vida. Pero puedes ahorrarte meses e incluso años de apatía y tristeza si averiguas antes qué es lo que anda mal. 

Detecta el problema

¿Sabes qué te ha originado este malestar? A veces es una pregunta que no nos hacemos, simplemente esperamos que las cosas cambien, pero nada puede cambiar si no tienes clara la dirección correcta.

Por eso, lo primero es preguntarte, ¿qué te causa ese malestar? Puede ser un nuevo compañero del trabajo que te hace el día a día imposible, puede ser un problema con tu pareja que no termináis de superar, puede ser la enfermedad de un familiar o ser querido, un despido laboral, etcétera.

En ocasiones, también pueden ser varios problemas juntos. E incluso a veces, puede que no sepas explicar qué es lo que te provoca esa tristeza. 

¿Tiene solución?

Lo primero que debes preguntarte es si tiene solución y si es así, ¿cuál? Por ejemplo, si tienes un problema con un compañero del trabajo puedes elegir entre hablarlo con él, mostrarte más distante, cambiar tu mesa de lugar, etcétera.

Aunque también hay problemas sin solución como una ruptura o la enfermedad de un ser querido. En ese caso, debes encontrar formas de afrontarlo y actividades que te puedan alejar del malestar. 

Más adelante encontrarás algunas fórmulas.

Aparentemente no hay ningún problema

¿Y si no hay ningún problema? Quizá crees que todo sigue exactamente como siempre porque por fuera nada ha cambiado. Pero eso es porque probablemente no imaginas cuál puede ser el problema. A veces es solo una pequeña discusión de hace meses, una palabra, un mal día en la oficina que se nos ha quedado grabado…

Sea como sea, si no encuentras el problema, actúa como si no hubiera ninguno y en lugar de enfocarte en resolverlo, intenta potenciar todo aquello que te hace feliz. Es decir, en vez de centrarte en tu tristeza céntrate en la felicidad.

Habla de tu malestar

En ocasiones resulta muy difícil llegar a la fuente de nuestro dolor. Podemos explicar algunas cosas que nos molestan, situaciones que nos alteran, pero nunca sabemos con certeza si es el único motivo.

Una forma de averiguarlo es contarlo a un amigo o amiga, además de desahogarte, te ayudará a sentirte mucho mejor. 

Por otro lado, es muy probable que si hablas con alguno de tus mejores amigos él o ella pueda decirte también los motivos por los que cree que ya no te sientes tan bien como antes.

Hombre con gesto de preocupación hablando por teléfono

Busca un amigo o amiga que sepa escuchar, que es lo que más necesitas para aclararte con tus ideas, pero si además al final te da su opinión, quizá puedas tener en cuenta algo que habías pasado por alto.

Sobre todo, si se trata de un amigo o amiga de hace años, porque habrá podido conocerte en diferentes situaciones y quizá sepa cómo puede ayudarte o qué deberías hacer para recuperar tu felicidad.

Acude a un psicólogo o psiquiatra

Si tu malestar está durando más de unas semanas y no encuentras un motivo claro, o si sabes a qué se debe tu malestar pero no sabes cómo afrontarlo, podría tratarse del inicio de una depresión. Por ello, es importantísimo que acudas a un especialista de la salud mental cuanto antes. 

Al igual que cuando padecemos dolor físico acudimos al médico, cuando padecemos molestia o dolor emocional, debemos acudir al psicólogo o psiquiatra. Él o ella sabrá guiarte y puede que en unas pocas sesiones avances mucho más de lo que imaginas.

Intenta contestar siempre con la mayor sinceridad y claridad, no te saltes ninguna sesión y combina las sesiones del especialista con planes y actividades que te reconforten y la recuperación se hará palpable. 

¿Cuándo fue la última vez que te sentiste bien?

En ocasiones es difícil detectar el problema o encontrar una posible solución. Por eso, si no sabes muy bien cómo enfocar tu mala situación, pregúntate ¿qué puedo hacer para sentirme mejor?, pero acordándote de todas esas cosas que antes te hacían feliz.

Recupera tus hobbies y actividades

Cada persona funciona de una forma diferente. Para algunos, un día feliz consiste en un partido de fútbol y amigos, para otros, en un paseo romántico con su pareja, a otros les hace felices un largo paseo por la montaña respirando aire puro y viendo animales en estado salvaje. ¿A ti qué te hace feliz?, ¿una tarde de compras?, ¿una noche de fiesta con amigos?, ¿un día en un spa con masaje incluido?, ¿una tarde de cine?

Recuerda todas esas actividades que te hacían feliz y retómalas. No lo hagas solo un día. Para recuperar ese bienestar debes procurar hacer cada día algo que te guste. Puede ser una cena deliciosa, compartir una hora de teléfono con tu mejor amigo, ver tu película favorita, dibujar como hacías antes…

Intenta recordar cuándo fue la última vez que te sentiste bien y copia esas actividades y sobre todo, copia las rutinas.

No siempre se trata de hacer algo especial.

Hábitos que te hacen feliz

No tenemos tiempo de encontrar todos los días algo especial que nos haga muy felices y, además, estas pequeñas actividades o cambios en el día a día, solo duran unas horas, en cuanto desaparecen te vuelves a preguntar, ¿qué puedo hacer para sentirme mejor? 

La respuesta es que retrocedas a esa época del pasado en la que eras feliz y te sentías bien contigo mismo y emules, si no todas esas rutinas que hacías, al menos las que en este momento te hagan sentir bien. 

Si haces todo lo que antes te hacía feliz, ¿qué puede fallar? Levántate a la misma hora, desayuna eso que te gustaba, vuelve al trabajo con las mismas ganas, intenta ser tan amable y cariñoso con tu pareja como lo eras antes, etcétera.

Hay veces que no podemos copiar los hábitos porque nuestra vida es diferente, pero al menos hazlos parecidos.

Encuentra nuevas formas de ser feliz

Y por supuesto, intenta encontrar nuevas formas de ser feliz. Al cerebro humano no le gustan demasiado los cambios, pero cuando nos atrevemos a dar un paso, la sensación de placer suele ser mayor.

Quizá puedes probar ampliando tu círculo de amistades, aprendiendo un nuevo deporte o instrumento musical, etcétera.

En ocasiones, solo probar cosas nuevas aunque no sean nuestras favoritas pueden ayudarnos mucho. Lo nuevo despierta a nuestro cerebro, él sale de la rutina y genera más experiencias, por lo que se encuentra más activo y vital, que es justo lo que necesitas.

Para sentirte bien necesitas…

En ocasiones buscamos nuestros problemas lejos de nosotros, en situaciones complicadas o que no podemos controlar. Pero, ¿y si todo lo que te ocurre es que llevas meses durmiendo mal?

amigos abrazando a alguien triste

Nuestro cuerpo es pura biología y si algo va mal, nuestros niveles de serotonina y oxitocina, las hormonas encargadas de la felicidad, pueden casi desaparecer. Por eso es importante cuidar de nuestra salud y tener unos hábitos que nos hagan felices. 

  • Dormir al menos 7 horas al día sin interrupciones. Necesitas un sueño reparador para enfrentarte al día siguiente.
  • Llevar una alimentación sana y equilibrada.
  • Tener contacto con el exterior, ya sea la calle o la naturaleza, no te aísles.
  • La seguridad económica es fundamental. No necesitas mucho, pero es importante que puedas enfrentarte a los gastos principales.
  • Necesitas una red afectiva de familiares y amigos. Personas que puedan escucharte y cuidarte si necesitas apoyo.
  • Practica deporte: no necesitas hacer demasiado ejercicio, con liberar un poco de adrenalina será suficiente. Un paseo rápido, algo de running, levantar pesas… te ayudarán a estar más feliz.
  • El lugar en el que pasas más horas, ya sea tu casa o la oficina es agradable, está limpio, y es espacioso. Además, en este lugar debes sentirte cómodo y tener todo lo que necesitas a tu alcance.

Es decir, antes de preguntarte de dónde viene el malestar, asegúrate de que tienes tus necesidades básicas cubiertas. Porque si no es así, antes de buscar nuevas actividades o amigos deberías preocuparte por resolverlas.

Conclusión

¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? Si esa es una pregunta que te haces a menudo, primero asegúrate de que llevas unos hábitos de vida saludable. Después, intenta averiguar el origen del problema, ¿qué ha cambiado? Si lo puedes detectar, lo puedes solucionar. Pero si no sabes cuál es el motivo, simplemente acude a actividades antiguas e introduce nuevas que puedan hacerte feliz. Encuentra esos hábitos que para ti marcan la diferencia.


Hombre hablando por su móvil

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