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¿Qué es un linfoma y cuáles son sus consecuencias?

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Mujer con cáncer tumbada en cama de hospital

Tiempo de lectura: 10 minutos

El cáncer es una enfermedad con una tasa de mortalidad muy alta y genera preocupación a nivel mundial. Sin embargo, existen diferentes tipos de cáncer y cada uno de ellos tiene sus propias características.

En este artículo hablamos del linfoma, un tipo de cáncer poco conocido, pero que también tiene consecuencias negativas para la salud y el bienestar de las personas. De manera muy detallada, te comentamos cuáles son sus causas, sus factores de riesgo y qué métodos se utilizan para tratarlo. 
 

¿Qué son los linfomas?

Los linfomas son un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, que está compuesto por una red de órganos, tejidos y vasos linfáticos que trabajan en conjunto para combatir infecciones y enfermedades.

Esta enfermedad se produce cuando las células del sistema linfático, llamadas linfocitos, comienzan a crecer y multiplicarse de manera descontrolada, lo que tiene como consecuencia la formación de tumores malignos en los ganglios linfáticos, el bazo y la médula ósea.

Los linfomas pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo donde haya tejido linfático, lo que significa que pueden afectar diferentes órganos.

Tipos de linfoma

Existen casi cien tipos de linfoma, que se clasifican en dos grupos: linfoma Hodgkin (LH) y linfoma no-Hodgkin (LNH). Penn Medicine señala que identificarlos y saber de qué tipo específico se trata es muy importante, ya que de ello depende el pronóstico y las decisiones que se tomen respecto al tratamiento.

Según el subtipo de linfoma, varía no solo el enfoque terapéutico y el pronóstico, sino también el sector de la población que se ve afectado. Cada tipo de linfoma tiene sus propias características distintivas en términos de grupos de edad, género y predisposiciones genéticas, lo que puede influir en la incidencia y la prevalencia dentro de diferentes poblaciones.

Para entender mejor esto, tenemos que pasar a ver cuáles son las características distintivas de cada tipo de linfoma.

Linfoma Hodgkin

Penn Medicine señala que el linfoma Hodgkin es uno de los tipos de cáncer con mayor tasa de curación, sobre todo cuando el diagnóstico se hace a tiempo y se realiza el tratamiento adecuado. Generalmente afecta a personas jóvenes de entre 20 y 30 años, aunque también puede presentarse en niños y adultos mayores.

Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg en los ganglios linfáticos, lo que conduce a la inflamación y agrandamiento de estos ganglios.

El subtipo de linfoma Hodgkin más común es el de esclerosis nodular, que según la American Society of Clinical Oncology afecta hasta al 80 % de las personas diagnosticadas con LH. No debemos confundir este con la esclerosis múltiple, de la que ya hablamos en nuestro blog.

Linfoma no-Hodgkin

El linfoma no-Hodgkin tiene un número muy amplio de tipos y subtipos, aunque generalmente se agrupan en:

  • Linfoma de células B: es el más común, ya que el 90 % de las personas diagnosticadas con LNH, tienen este subtipo.
  • Linfoma de células T: este grupo afecta principalmente a las personas de países asiáticos. Afecta aproximadamente al 10 % de las personas con linfoma no-Hodgkin.
  • Linfoma de células NK: es el menos común, ya que lo tiene menos del 1 % de las personas diagnosticadas con este tipo de cáncer.

Dependiendo del tipo de linfoma que se trate, puede ser más o menos agresivo. Además, cada uno de ellos puede comportarse de maneras diferentes, por lo que en muchos casos se requiere de tratamientos específicos. 

Mujer mayor con cancer sentada en la cama de hospital
 

Causas del linfoma

Aunque se ha investigado mucho sobre el tema, aún no se sabe a cabalidad cuáles son las causas de este tipo de cáncer. Sin embargo, está claro que inicia cuando los linfocitos, un tipo de célula del sistema inmunitario, sufren una mutación genética y empiezan a multiplicarse.

Asimismo, hay que mencionar que, según Health Direct, este cáncer puede aparecer por factores como antecedentes familiares, algunas infecciones como el VIH, enfermedades autoinmunes, desórdenes en el sistema inmunológico y la exposición a sustancias tóxicas como los agroquímicos.

A pesar de esto, en muchos casos no se puede identificar una causa específica del linfoma en un paciente de forma individual.

Factores de riesgo

Existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de tener linfoma. Ya vimos algunos de ellos en el punto anterior, pero aún falta mencionar los vinculados a la edad y al género.

Edad

La edad es un factor de riesgo significativo en el desarrollo del linfoma. A medida que las personas envejecen, aumenta la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Este riesgo aumentado con la edad se observa en muchos tipos de linfoma, tanto en el linfoma de Hodgkin como en el linfoma no Hodgkin.

Esto no quiere decir que las personas jóvenes no estén expuestas a esta enfermedad, solo que cuando se es mayor, el riesgo es más alto.

Género

El género es otro factor que puede influir en el riesgo de desarrollar linfoma. Si bien el linfoma puede afectar tanto a hombres como a mujeres, hay algunas diferencias en la incidencia entre los dos sexos.

Algunos subtipos de linfoma son ligeramente más comunes en hombres que en mujeres, mientras que otros muestran una distribución más equitativa. Las razones detrás de estas diferencias de género en la incidencia del linfoma no son completamente comprendidas y pueden implicar una combinación de factores hormonales, genéticos y ambientales.

En un estudio titulado Global Cancer Statistics 2020: GLOBOCAN Estimates of Incidence and Mortality Worldwide for 36 Cancers in 185 Countries se puede ver con más detalle cómo se distribuyen los casos de cáncer en función del género. 

Síntomas de los linfomas

Los linfomas, ya sean de Hodgkin o no-Hodgkin, pueden presentar una variedad de síntomas que a menudo pueden ser confundidos con otras enfermedades. Según Mayo Clinic, algunos de los síntomas más importantes son:

  • Hinchazón de los ganglios linfáticos en zonas como el cuello, las axilas y la ingle.
  • Fiebre.
  • Sudoración nocturnos.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Picazón en la piel.
  • Sensación de fatiga constante.

Además, hay que tener presente que los síntomas del linfoma pueden variar según el tipo específico de linfoma, su ubicación en el cuerpo y la etapa en la que se encuentre la enfermedad.

Si se experimentan varios de estos síntomas de manera persistente o si hay una preocupación por la posibilidad de linfoma, es importante buscar atención médica para realizar un diagnóstico. 

Mujer joven con cáncer en la cama de un hospital hablando con su médico

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El diagnóstico del linfoma comienza con una evaluación médica exhaustiva que incluye una revisión detallada de los síntomas del paciente, antecedentes médicos y familiares, así como un examen físico completo. Regularmente, los profesionales de la salud examinan si hay ganglios linfáticos inflamados, revisando el cuello, las axilas y la ingle.

Mayo Clinic destaca que junto a esta exploración física también se pueden realizar análisis de sangre; pruebas de imágenes como una tomografía o una resonancia magnética; y una biopsia de los ganglios linfáticos o de la médula ósea.

Después de haberse realizado el diagnóstico de linfoma, lo siguiente es determinar la etapa de la enfermedad.  

Etapas de los linfomas

El proceso de estadificación es fundamental para determinar la extensión y la gravedad del linfoma, lo que a su vez sirve para definir el tratamiento que puede ser más útil para tratar la enfermedad. Los linfomas se clasifican en diferentes etapas según la extensión de la enfermedad en el momento del diagnóstico.

Según Lymphoma Action, se utiliza el mismo sistema de estadificación tanto para el linfoma Hodgkin como para el linfoma no-Hodgkin, con algunas pequeñas excepciones. Por lo general, la enfermedad se clasifica en cuatro etapas:

  • Etapa temprana: cuando el linfoma está en la etapa 1 o en la etapa 2.
  • Etapa avanzada: cuando el linfoma está en la etapa 3 o 4.

En la estadificación y clasificación del cáncer, estas etapas también se pueden escribir en números romanos como etapa I, II, III y IV. Visita el enlace anterior para comprender mejor el funcionamiento de estas etapas. 
 

Tratamiento de los linfomas

A pesar de que se trata de una enfermedad que puede llegar a ser muy agresiva, sobre todo si se trata de linfoma no-Hodgkin, existen algunos tratamientos con los que es posible controlar el crecimiento de las células cancerígenas y, en algunos casos, recuperarse de la enfermedad.

Hombre recibiendo tratamiento intravenoso

Quimioterapia

La quimioterapia es uno de los tratamientos más utilizados para pacientes con diferentes subtipos y etapas de esta enfermedad. Con ella, se administran medicamentos por vía intravenosa o por vía oral para destruir las células cancerosas y evitar que se propaguen por el cuerpo.

Generalmente, se administran en ciclos, con períodos de tratamiento seguidos de períodos de descanso para permitir que el cuerpo se recupere de los efectos secundarios.

Radioterapia

La terapia de radiación es otro de los métodos que se utilizan para destruir las células cancerosas del organismo. A diferencia de la quimioterapia, no se administran medicamentos, sino radiación de alta energía.

Trasplante de médula ósea

El trasplante de médula ósea es un procedimiento médico que se utiliza en el tratamiento de ciertos tipos de linfoma, particularmente en casos de linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin de alto riesgo.

También se conoce como trasplante de células madre, e implica la supresión de la médula ósea a través de sesiones de quimioterapia y radioterapia. Tras esto se infunden células madre de un donante en la sangre con las que se reconstruye la médula ósea.