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Cuidados esenciales del recién nacido para su bienestar

Mujer con su hijo recién nacido

Tiempo de lectura: 7 minutos

El cuidado de un recién nacido abarca la higiene, la alimentación, el control de la temperatura, la protección de la piel y la atención al cordón umbilical. Es esencial mantener una buena limpieza, proporcionar una nutrición adecuada, ya sea a través de lactancia materna o fórmula, y garantizar un entorno cálido y seguro para el bebé.

En este artículo explicamos cuáles son los cuidados de un recién nacido, cómo se debe alimentar un bebé recién nacido y qué medidas se deben tomar para garantizar su bienestar. Además, comentarnos por qué son importantes las visitas al pediatra y cómo reforzar el vínculo afectivo con el bebé. 

Primeros pasos tras el nacimiento

Para los padres primerizos puede ser un desafío saber qué hacer tras el nacimiento de un bebé, y puede haber confusión respecto a los cuidados que necesita. El contacto piel con piel, la cura del cordón umbilical y la lactancia materna son temas sobre los que pueden tener muchas dudas, sobre todo por la cantidad de información que hay al respecto.

Lo que sucede en los primeros minutos después del parto es muy variado, porque no todos son iguales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, si está todo bien, según Raising Children, el bebé es colocado sobre el pecho desnudo de la madre para estimular el contacto piel con piel.

Las investigaciones sobre esto son muy claras, y resaltan que se trata de algo que sirve para mantener al bebé caliente, estabilizar su respiración y ritmo cardíaco, e iniciar la primera toma de leche materna. Pero también ayuda a crear un vínculo con el bebé, y por ello es que cada vez se le da más importancia.

Otro punto importante tiene que ver con el corte del cordón umbilical, que suele ocurrir entre 1 y 5 minutos después del nacimiento. Claro que esto puede variar, y en algunas ocasiones puede que se necesite hacerlo de inmediato, especialmente si la madre o el bebé requieren de atención médica.

En esta etapa también se hace una revisión física del bebé, se toma su peso y estatura, y se monitorean sus primeras deposiciones y orinas. Asimismo, es posible que se administren algunas inyecciones, como la de la vacunación contra la hepatitis B y la de vitamina K para prevenir un trastorno conocido como enfermedad hemorrágica del recién nacido.

Recomendamos leer nuestro artículo sobre el cuidado de los bebés prematuros, ya que cuando los niños nacen antes de tiempo se deben tener cuidados muy particulares. 

Alimentación del recién nacido

La alimentación es uno de los cuidados más importantes para un recién nacido, ya que lo ayuda a nutrirse y crecer de forma saludable. Mayo Clinic explica que el mejor alimento para los bebés es la leche materna, pero se puede reemplazar con fórmula si existe algún impedimento para amamantarlo.

Hay que tener presente que los recién nacidos no necesitan consumir cereales, agua, jugos o cualquier otro tipo de fluidos. La leche materna tiene todo lo que necesitan durante esta etapa.

En la mayoría de los casos, los bebés comen entre 8 y 12 veces por día, lo que significa que hay que alimentarlos cada 2 o 3 horas. Algunas señales de que quiere comer son el llevarse las manos a la boca, succionar sus manos o dedos y relamerse los labios. El llanto también es una señal de que el bebé tiene hambre, pero es una señal tardía.

Es común que las madres primerizas se preocupen por la nutrición de sus bebés, y que piensen que no es suficiente. Sin embargo, hay que prestar atención a indicadores como el aumento de peso, la frecuencia de sus deposiciones y el interés en alimentarse.

En caso de tener algún problema para alimentarlo, es recomendable consultar a una consultora de lactancia. También se recomienda acudir a un médico si el bebé no aumenta de peso o si resulta doloroso amamantarlo. 

Mujer amamantando a su hijo recién nacido

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Higiene y cuidado diario

Para garantizar el bienestar de los bebés, también es necesario prestar atención a la higiene. Esto implica bañarlo, cambiar sus pañales, aplicar cremas protectoras y cuidar su cordón umbilical hasta que se termine de caer.

Todo debe hacerse con mucha suavidad y utilizando los métodos adecuados, ya que los bebés son muy delicados. En cuanto al baño, por ejemplo, los expertos señalan que no es necesario todos los días, y que lo más importante es limpiar las áreas que están más expuestas, como la cara, las manos y la zona del pañal, evitando el uso excesivo de jabones o productos que puedan resecar o irritar la piel.

Sobre el tema del pañal hay que tener presente que la humedad y el contacto prolongado con la orina o las heces pueden causar irritación o dermatitis, por lo que se recomienda cambiarlo con frecuencia, y limpiar bien la zona con agua tibia o toallitas suaves.

Otro hábito de cuidado clave es el corte de las uñas, que muchas veces pasa desapercibido. Se trata de algo importante para evitar que el bebé se rasguñe accidentalmente. Lo ideal es hacerlo con tijeras o cortaúñas diseñados para bebés, cuando las uñas estén blandas, preferiblemente después del baño. 

Control de la temperatura y el entorno

Los recién nacidos son más vulnerables tanto al frío como al calor, lo que puede generar incomodidad o incluso complicaciones de salud si no se toman las precauciones necesarias. Además, los bebés no pueden manifestar si están incómodos por la temperatura de la habitación, lo que significa que son los padres quienes deben estar atentos a todo.

WebMD habla sobre esto y explica que la temperatura ideal para la habitación en la que duerme un recién nacido es de entre 20 y 22 grados Celsius.

Algunas señales de que se debe corregir la temperatura son la sudoración, sobre todo en el área del cuello; o el tener los pies y las manos en un tono ligeramente morado, lo que indica que tienen frío.

Las personas que viven en países con estaciones como invierno y verano deben estar atentas a los cambios y adecuar tanto el espacio como la vestimenta para asegurar que los bebés estén cómodos.

Además de la temperatura, el entorno del bebé debe ser seguro y acogedor. La habitación, por ejemplo, debe estar ventilada, libre de humo, polvo y olores fuertes, ya que su sistema respiratorio es muy sensible.

También conviene evitar la exposición prolongada al sol, sobre todo en las horas de mayor intensidad, ya que la piel del bebé es extremadamente delicada y puede quemarse con facilidad. En caso de salir al aire libre, lo mejor es proteger al bebé con sombrillas, gorros y ropa adecuada, en lugar de exponerlo directamente al sol.

Lo mismo sucede con la tranquilidad del espacio. Es necesario que al momento de dormir la habitación esté oscura y con la menor cantidad de ruidos posible. Esto es algo clave que ayuda a desarrollar hábitos relacionados a la higiene del sueño

Mujer sostiene a su hijo recién nacido

Visitas al pediatra

Office of the Assistant Secretary for Health señala que los recién nacidos deben acudir al pediatra al menos 6 veces antes de su primer cumpleaños. Esto es necesario para comprobar que esté saludable y se esté desarrollando de forma normal.

Esto no incluye las visitas por otros motivos, como una enfermedad o una lesión, que se cuentan aparte.

Las visitas se recomienda hacerlas en meses particulares:

  • Antes del primer mes.
  • Al primer mes.
  • Al segundo mes.
  • Al cuarto mes.
  • Al sexto mes.
  • Al noveno mes.

En estas consultas el pediatra lleva el control del peso, la talla y el perímetro cefálico. Además, evalúa reflejos, desarrollo motor, hábitos de alimentación y sueño.

En estas consultas también se pueden obtener recomendaciones sobre la vacunación, una de las herramientas más importantes para proteger al bebé contra enfermedades graves, algunas de las cuales pueden ser mortales en edades tempranas.

El calendario de vacunación recomendado para los recién nacidos y durante los primeros meses de vida varía de un país a otro, por lo que es recomendable consultar al pediatra para saber de forma precisa qué pasos se deben seguir.

Para complementar, y pensando en el cuidado de las madres también, recomendamos leer nuestro artículo sobre los síntomas de falta de vitamina B12

Prevención de enfermedades comunes

MedlinePlus señala que no es posible determinar en qué momento se va a enfermar un bebé, pero se debe estar muy atento, ya que durante esta etapa es común que padezcan de resfriados, tos, fiebre, vómitos y problemas de la piel como la dermatitis del pañal.

La mayoría de las veces no se trata de nada grave, pero vale la pena tomar medidas para reducir el riesgo de enfermarse.

Los expertos recomiendan que los padres se eduquen sobre estas enfermedades comunes y que aprendan de qué manera se debe reaccionar ante ellas. Asimismo, es necesario tomar algunas medidas de prevención, sobre todo si se toma en cuenta que hay factores como los alimentos alérgenos que pueden provocar reacciones desagradables e incluso poner en riesgo el bienestar de los bebés.

Para reducir riesgos, es importante mantener medidas básicas de higiene, como el lavado de manos frecuente antes de cargar o alimentar al bebé, y la limpieza adecuada de los objetos que utiliza a diario. Otra estrategia preventiva clave, es algo que ya mencionamos antes: el cumplimiento riguroso del calendario de vacunación.

Tomar estas medidas no asegura por completo que los bebés no se van a enfermar, pero sí que puede reducir significativamente la posibilidad.

Antes de avanzar, recomendamos darle un vistazo a nuestro artículo sobre dentición infantil, un proceso que puede llegar a ser confuso para los padres.

Apoyo emocional y vínculo afectivo

Reforzar el vínculo afectivo con los bebés es algo muy importante. Un artículo publicado en National Library of Medicine, por ejemplo, señala que brindar cuidados de forma amorosa es clave para el desarrollo social, cognitivo y emocional de los niños.

Mirar al bebé a los ojos, responder a sus gestos y balbuceos, acariciarlo y hablarle con suavidad son acciones que transmiten seguridad y amor, y que, con el tiempo, fortalecen la confianza del niño en su entorno.

Estos momentos de contacto no solo calman al bebé, sino que también estimulan su cerebro, ya que cada experiencia afectiva positiva se convierte en un estímulo que favorece la formación de conexiones neuronales.

Es decir, el cuidado no solo tiene que ver con temas prácticos y rutinas de higiene, sino con brindar amor y cariño al bebé. De alguna manera, podemos decir que es una especie de apoyo emocional que lo ayuda a crecer sano.